Agua limpia, ¿muy difícil pedirlo?
¿Sabías que, según Naciones Unidas, tres de cada diez personas carecen de acceso de agua potable? Sí, en pleno siglo XXI. E incluso, ¿tenías conocimiento que dos de cada cinco personas en el mundo no disponen de una instalación básica destinada a lavarse las manos? En plena pandemia de COVID-19 millones de personas no tuvieron acceso a una fuente hídrica para eliminar el virus de su cuerpo.
Y justamente, la situación sanitaria generada por el coronavirus a nivel mundial dejó en evidencia la importancia vital del saneamiento, la higiene y el acceso adecuado a agua limpia para prevenir y contener enfermedades contagiosas, tales como el virus de la COVID-19.
¿Sabes qué es lo más preocupante? Que, según la Organización Mundial de la Salud, el lavado de manos es una de las acciones más efectivas que se pueden realizar para reducir la propagación de patógenos que generan infecciones. Entonces, si las personas no tienen acceso a una fuente de agua limpia para evitar el aumento de contagios, ¿cómo esperamos eliminar por completo un virus que ha cobrado la vida de millones de personas alrededor del mundo?
Si apenas giras una llave que está ubicada en tu baño o cocina y sale un líquido, que la mayoría de las veces puedes beber porque está limpio, eres afortunado/a, pues, aunque no lo creas, hay millones de personas en zonas no tan alejadas de tu sector de vivienda que no solamente no tienen agua apenas abren una llave, sino que la poca que recolectan está sucia y no es apta para consumo humano, así que deben ellos mismos realizar un proceso diferente para poder alimentarse de ella.
Sí, vivir en la ciudad nos genera grandes beneficios, pero también somos los causantes de la contaminación de aguas. ¿Por qué? Las grandes industrias y el mal uso de este recurso han hecho que las fuentes hídricas se contaminen de manera alarmante.
Es verdad que brindar acceso a agua potable es una misión de los gobiernos, y por eso, este se convirtió en un Objetivo de Desarrollo Sostenible, formulado hace años, y que, deberá cumplirse, en el mejor de los casos en los años siguientes. Sin embargo, las organizaciones no gubernamentales y los civiles podemos realizar pequeñas acciones para no desperdiciar agua y procurar su limpieza.
Estas prácticas no solo son necesarias para poder brindar mejores condiciones de vida a futuras generaciones, el agua es vida, y todos los humanos debemos consumirla para poder sobrevivir.
El 70 % de nuestro cuerpo está compuesto por este líquido, ¿cómo no va a ser posible que la protejamos? Y no solo es una cuestión individual, ¿no sería perfecto que de la misma manera que tú abres la llave y sale agua que puedas consumir, niños que habitan en las zonas más apartadas del país, o incluso en barrios que colindan con el tuyo puedan hacer lo mismo desde sus casas?
Es increíble, pero Bogotá aún cuenta con zonas en las que las familias deben recoger agua de la lluvia y hervirla para poderla consumir. No es justo para ellos, no es justo para nadie. Tenemos hasta el 2030 para lograrlo.
Si quieres conocer más sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible no te pierdas nuestras series documentales reINVENTARSE y Consensos Mínimos por Capital.
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