El vallenato, entre la dicha y la tristeza: artistas que murieron de forma trágica

El viento capitalino, que en ocasiones se extiende sobre los cerros y los envuelve en un manto neblinoso, o que por el contrario desaparece y les da la bienvenida a los soles abrasadores que reposan sobre los edificios y las calles y las siluetas de todo lo que nos rodea, ese viento a veces entra al fuelle de un acordeón que con tan sólo lanzar la primera nota ya despierta ese (no tan) inexplicable sentimiento vallenato en Bogotá.

Aunque el vallenato es un género musical que tiene su origen en el norte de Colombia, la capital también se ha convertido en un epicentro (¿ya podríamos denominarla como un ‘segundo hogar’?) de las melodías que emergen, como mínimo, con ayuda de un acordeón, una guacharaca, una caja y un buen puñado de sentimientos.

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Por eso, entre el 3 y el 4 de agosto se llevará a cabo la primera edición de Vallenato Al Parque, un nuevo festival gratuito de la oferta cultural de Bogotá. Esta es una forma de homenajear un ritmo que a estas alturas hace parte de la ciudad, le pertenece al país y fascina al mundo entero.

Compartimos la alegría vallenata pero también lamentamos sus desdichas: varios exponentes del vallenato han fallecido de forma trágica, casi siempre por accidentes vehiculares pero también por rencillas pendientes que dejan al país sumido en el luto: a día de hoy honramos cantándole a grito herido al amor, al dolor, a la desesperanza, a la familia, al folclor y, sobre todo, a la memoria de estos músicos inolvidables.

Rafael Orozco: ‘Nostalgia / siempre me da cuando me acuerdo de ti’

En horas de la noche del 11 de junio de 1992, Rafael Orozco salió a la entrada de su casa, en Barranquilla, para conversar con dos integrantes del Binomio de Oro, una de las agrupaciones legendarias del vallenato que Orozco lideró hasta el último de sus días.

Mientras departía con ellos, un delincuente motorizado llegó y le propinó nueve disparos que le causaron la muerte.

Según reseñas de periódicos en aquel entonces (sumado a la investigación de las autoridades que incluso dio rápidamente con alias Tato, el sicario que silenció a una de las voces más reconocidas del género en Latinoamérica), el autor intelectual del crimen fue el narcotraficante José Fiallo Jácome, ‘El Nano’, pues al parecer hubo una rencilla sentimental entre el artista y ‘Nano’ por una mujer: María Angélica Navarro, quien más adelante se convertiría en la esposa de un importante político colombiano, admitió un romance con el cantante vallenato en el transcurso de la investigación que la vinculó. Ella declaró, el 26 de junio de 1992, ante la jueza 17 de Instrucción Criminal (pero esa es otra historia).

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El asesinato de Rafael Orozco dejó una huella insondable en el vallenato de la época. El eco de los nueve proyectiles también retumbó en la capital: para ese entonces este género era uno de los más pedidos en la rumba capitalina y canciones del Binomio de Oro (grupo conformado por Rafael Orozco e Israel Romero en 1976) como ‘Muere una flor’, ‘La parranda es pa’ amanecer’, ‘Nostalgia’, ‘La creciente’ y ‘Dime pajarito’ siguen sonando en quienes recuerdan con aprecio a uno de los máximos exponentes musicales de la época.

Juancho Rois: el alma del acordeón que acompañó a Diomedes en la cima

Diomedes Díaz ha sido uno de los artistas más exitosos del vallenato. Su historia, entre luces y sombras, ha logrado llevar su nombre a lo más alto del género. Sin embargo, su voz no sería lo mismo sin la melodía acompasada por sus diferentes acordeoneros: en una de sus canciones, por ejemplo, le agradece la primera oportunidad a Nafer Durán. También tuvo a su lado a otros grandes músicos como Nicolás ‘Cocha’ Molina e Iván Zuleta.

Pero entre todos, para las y los amantes del vallenato el mejor fue Juancho Rois.

Con Juancho ‘el conejo’ Rois, Diomedes grabó canciones memorables como ‘Tú eres la reina’, ‘El cóndor herido’, ‘amarte más no pude’ y ‘Por qué razón’. Su talento para el acordeón se le adjudicó al empirismo: desde muy joven empezó a practicar y poco a poco volvió el instrumento una extensión de los dedos y las notas una prolongación del alma.

Rois murió a los 35 años, el 16 de octubre de 1994, en un accidente aéreo. Según las reseñas de diarios de la época, se dirigía a un concierto privado en El Tigre, Venezuela, en compañía de otros miembros de la agrupación de Diomedes Díaz: junto con Rois fallecieron el bajista Rangel Torres y Eudes Granados, técnico de acordeones, además del piloto de la aeronave.

Sobrevivieron Tito Castilla, encargado de la caja, y Jesualdo Ustáriz, el dueño de la guacharaca. Hay diversos rumores en los que se indica que Diomedes se salvó de subir al avión por llegar tarde al aeropuerto.

 Independientemente de si así ocurrió o no, la única certeza en ese entonces fue el trágico adiós a Juancho Rois, una de las almas del acordeón en la historia del vallenato.

Patricia Teherán: la primera gran diosa del vallenato nos mira desde el cielo

En la actualidad, Ana del Castillo es una de las artistas vallenatas más escuchadas. La participación de la mujer en el género (la ‘cacica’ Consuelo Araujo también hace parte del listado) tuvo una importante revolución con Patricia Teherán, la voz principal de Las Diosas del Vallenato y una de las exponentes más recordadas.  

La canción ‘Tarde lo conocí’, quizá la más popular de Teherán, todavía suena en las parrandas y los bares capitalinos: ‘Yo no pensé que usted / me fuera a despertar / esta grande ilusión que tengo yo / que tengo yo’.

Su carrera, en ascenso (y glorificada porque en medio de la tragedia no hay mayor rescate de la vida que la memoria), se vio truncada el 19 de enero de 1995: se dirigía en un vehículo hacia el Carnaval de Barranquilla cuando se accidentó.  

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Jesús Manuel Estrada: ‘Los caminos de la vida / no son como yo pensaba’

Si hablamos de la agrupación Los Diablitos, el primer nombre que se nos viene a la mente es el de Omar Geles (quien falleció este año) y la primera canción, sin duda, es ‘Los caminos de la vida’, tema de su autoría. Pero la voz que le cantó a los esfuerzos de una madre por la crianza de sus hijos, esas letras que hablaban de la desdicha por no ayudarla, ya en la vejez, con el mismo ahínco, fue la de Jesús Manuel Estrada.

Este cantante se unió a Los Diablitos para comenzar una carrera gloriosa que lo llevaría a interpretar melodías junto con otros grandes exponentes como Víctor Nain, Hebert Vargas y Jean Carlos Centeno.

Quien les diera voz a otras canciones recordadas de Los Diablitos (búscalas y súbele el volumen: ‘Ya tengo quien me quiera’, ‘Lo que quiero eres tú’ y ‘Dónde están esos amores’) murió el 12 de noviembre de 2003 tras un accidente de tránsito mientras se dirigía al municipio La Gloria, en Cesar, Valledupar.

Kaleth Morales: la voz vallenata del nuevo siglo dejó la música como legado

‘Esta es mi canción de despedida / será lo mejor para los dos’: ¿quién no ha cantado esto en la madrugada, cuando algún recuerdo bien escondido sale a flote producto de la rumba y la melancolía?

Pues bien, ‘Todo de cabeza’ ha sido uno de los grandes éxitos del cantante y compositor Kaleth Morales, una de las voces más queridas del género en el comienzo de siglo. Su vida, de por sí, estuvo signada por el alma de la música: fue hijo de Miguel Morales, uno de los artistas vallenatos más aclamados en los 90.

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Entre los éxitos de Kaleth se recuerdan, casi a diario, como si todavía estuviera en una tarima capitalina haciendo que Bogotá parrandee, ‘Vivo en el limbo’, ‘Gracias’ y ‘De millón a cero’.

Tristemente, Morales fue víctima de la ‘maldición vallenata’ al volante: murió en un accidente de tránsito, el 24 de agosto de 2005, en la carretera que comunica a Cartagena con Valledupar.

Martín Elías: el adiós del hijo de Diomedes Díaz

Una de las muertes recientes que estremeció al mundo vallenato fue la de El Gran Martín Elías, como definió Diomedes Díaz a uno de sus hijos en la canción ‘Mi primera cana’.

Teniendo en cuenta el legado familiar, desde pequeño Martín Elías se familiarizó con el vallenato y se convirtió en músico. Tras grabar sus primeras canciones, junto con acordeoneros como Fernando Rangel y Rolando Ochoa, su fama se catapultó tras unirse en 2012 a Juancho De La Espriella. Desde entonces labró una exitosa carrera en la nueva ola del vallenato gracias a temas como ‘Loco por tu amor’ y ‘diez razones para amarte’.

En la madrugada del 14 de abril de 2017, la camioneta en la que se transportaba Martín Elías en la carretera denominada como Transversal del Caribe sufrió un aparatoso accidente que terminó con su vida.

Romualdo Brito: ‘Y que tal vez sea mañana / que acudirás a mi cita’

El nombre de Romualdo Brito está asociado al vallenato de los años 80. El cantante y compositor dejó varios éxitos entre los que destacan ‘Mi presidio’, ‘Tatuaje en el alma’ y ‘Embrujo’.

Aunque su rostro no figuró tanto en los primeros planos de conciertos, a Brito se le adjudican más de mil canciones compuestas para exponentes como Diomedes Díaz, Lisandro Meza y hasta el Binomio de Oro de América.

Su muerte también ocurrió en una carretera del Cesar: Romualdo Brito falleció el 20 de noviembre de 2020, a los 67 años, en un accidente de tránsito en el corregimiento de San Roque. Iba en compañía de dos personas, quienes sobrevivieron.

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Vallenato Al Parque 2024
 

Pero luego del repaso de las tragedias, también es momento para los homenajes: el vallenato resonará en la ciudad este 3 y 4 de agosto en la primera edición de Vallenato Al Parque. La primera jornada será en La Media Torta y podrás disfrutarla con el cubrimiento de Capital, canal oficial de los festivales de Bogotá.

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