El club de astronomía escolar de Ciudad Bolívar que conquistó Netflix

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Cultura y entretenimiento
Dom, 15/10/2017 - 04:58
La serie científica ‘Hijos de las estrellas’, que se emite en la plataforma líder del mundo en televisión streaming, documentó la experiencia de Phoenix, el reputado club de investigadores del universo del colegio distrital Rodrigo Lara Bonilla. Tienen un “observatorio que es la envidia de cualquier colegio del país” y, además de perfilarse como futuros astronautas, trabajan con la comunidad de Ciudad Bolívar por el cuidado ambiental de su territorio. Son Phoenix, el grupo de 45 estudiantes que lidera el profe Maximiliano Alzate en el colegio público Rodrigo Lara Bonilla, que ahora conquista el continente gracias a la serie documental ‘Hijos de las estrellas’, coproducida por Señal Colombia y la firma chilena Cábala Producciones y que se emite por la plataforma más reputada del mundo de televisión a demanda y por streaming: Netflix. Con el proyecto ‘Cómo conquistar a Marte desde la Tierra’, Phoenix será el encargado de abrir la segunda temporada de este programa educativo que resalta las iniciativas científicas y académicas de astronomía del continente y que recibió el premio a ‘Mejor producción educativa’ en los Premios Tal 2015, que reconocen las mejores producciones de televisión pública en Latinoamérica. Durante tres días de intenso rodaje bajo el calor abrazador del desierto de la Tatacoa, en el departamento del Tolima, los integrantes del club astronómico escolar compartieron con los productores de la serie cómo se han imaginado la conquista del gran planeta rojo. Ataviados en sus trajes naranjas, diseñados por ellos mismos, así como con sus equipos y bitácoras científicas, los estudiantes imaginaron cómo sería la travesía durante los 270 días terrestres que dura el viaje a Marte. “¡La experiencia fue increíble! Llevamos nuestro ‘Rover’, el vehículo que vamos a usar cuando lleguemos a Marte, los trajes espaciales y cascos que diseñamos. Hacía un calor terrible, más de 40 grados centígrados, lo que fue una dura prueba. Pero no importa, porque cuando viajas al espacio debes someter tu cuerpo a situaciones extremas y ese día tuvimos una pequeña muestra de eso”, asegura Iván González, uno de los pupilos del profe Max, quien desde hace más de dos décadas enseña a niñas, niños y jóvenes a imaginar más allá de nuestra órbita y a ser más conscientes de las problemáticas que hoy afronta el lugar que llamamos ‘hogar’. “La conquista de Marte en realidad es una excusa para que los chicos se formulen preguntas, generen soluciones y empiecen a valorar el planeta tierra. No se trata de recoger papeles y sembrar un árbol, sino de que haga parte de su vida cotidiana, que lo interioricen para que todos los días se levanten con una sola mentalidad: ayudar a proteger y cuidar el planeta”, comenta el docente quien agrega orgulloso que su participación en ‘Hijos de las estrellas’, es el resultado de un arduo trabajo donde los estudiantes son los protagonistas. “Los de la productora quedaron tan encantados con la forma en que abordamos la ciencia, de cómo los chicos se han empoderado del tema que, además de abrir la segunda temporada, se van a emitir durante todos los capítulos pequeñas cápsulas de nuestro trabajo para inspirar a otros maestros y estudiantes de todo el continente. Eso me llena de emoción porque les demuestra a mis estudiantes que, sin importar de dónde vengan, pueden llegar a cualquier lugar que se propongan, incluso, a Marte”, resalta Max, quien día tras día en Ciudad Bolívar invita a sus estudiantes a alzar los ojos para mirar al cielo y soñar sin límites. La historia ‘detrás de cámaras’ Detrás de esta historia que ha conquistado a propios y a extraños, hay una labor incansable de más de una década de un docente y una comunidad educativa que se ha dedicado a promover la paz y la convivencia mirando las estrellas. Porque Phoenix cuenta en su alineación con 45 estudiantes de la institución, desde los 5 hasta los 17 años, y vincula a padres de familia y miembros de la comunidad. “Hace 20 años, los observatorios eran de universidades y colegios privados. Hoy en día la ciudad cuenta con 170 clubes escolares de astronomía en instituciones públicas y privadas, lo que nos permite decir que Bogotá es pionera en astronomía escolar.  Es un gran indicador porque la astronomía permite a nuestros estudiantes entender temas tan fascinantes como la mecánica cuántica, la relatividad, teoría de cuerdas y el diseño de sondas espaciales”, resalta el profesor Maximiliano. Para este docente, vinculado a la Secretaría de Educación del Distrito desde hace 22 años, la astronomía, la conquista de Marte y los viajes espaciales son una poderosa herramienta para promover en las niñas, niños y jóvenes temas como el cuidado del ambiente, la reforestación, el manejo de residuos, la soberanía alimentaria, entre otros. Y, también, para ‘sembrar’ en ellos la conciencia de hacer de este mundo, un lugar mejor. “Lo que hacemos todos los días es ligar todos estos temas a la formación ciudadana desde lo social, ambiental, político y económico para formar otro tipo de individuos con pensamiento globalizado; que entiendan la importancia del respeto por sí mismos, por el otro y por el planeta”, reitera el profesor. Todo este esfuerzo es evidente en cada uno de los integrantes de Phoenix, como Iván quien, a sus 15 años, es un estudioso consumado de los cuerpos celestes, los astros y las constelaciones, sueña con ser astronauta y en el club de astronomía es el encargado de dictar los talleres y charlas en algunas veredas de Cundinamarca, hasta donde el profe Max y sus pupilos llegan una vez al mes para compartir con los campesinos los secretos de los astros. Este estudiante, como él mismo dice, anda con la cabeza en las nubes, pero con los pies en la tierra. “Con el club hemos aprendido que, aunque podamos viajar a otros planetas y otras galaxias, como habitantes de la Tierra tenemos un compromiso de cuidarlo y respetarlo porque la estamos acabando”, comenta Iván. Sentido de pertenencia y cuidado por el planeta azul, una capacidad sin límites para soñar y la certeza de que podemos transformar nuestro hogar, son algunos de los aprendizajes que adquieren los estudiantes del club Phoenix que, con su participación en ‘Hijos de las estrellas’, espera contagiar a todo el continente de su pasión por la astronomía. Porque como dice el profe Max, “cuando uno ve por un telescopio la inmensidad del universo, aprende a vivir”.
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