Bogotá refuerza sistemas de atención ante fuertes vientos y Fenómeno de La Niña en 2024

Fenómeno de La Niña
julian.pinzon
Medio ambiente
Vie, 02/08/2024 - 10:42

En Bogotá se activan sistemas de emergencia por fuertes vientos de agosto y el Fenómeno de La Niña, intensificando las medidas de respuesta.

La Alcaldía de Bogotá ha activado sus sistemas de atención de emergencias en previsión de los fuertes vientos de agosto y las posibles lluvias asociadas con la transición al Fenómeno de La Niña. Las autoridades están intensificando sus esfuerzos para mitigar los impactos de estos fenómenos meteorológicos.

La temporada de vientos alisios, característicos de esta época del año, está a punto de comenzar. Durante el mes de agosto, la ciudad experimentará un incremento en la velocidad de los vientos alisios, que podrían alcanzar entre 20 y 30 km/h, especialmente en la Sabana de Bogotá. Este aumento en la velocidad de los vientos genera una sensación de frío y puede afectar a las actividades diarias de los ciudadanos.

En una declaración a Canal Capital, Tatiana Sierra, jefe de la oficina del Servicio de Pronósticos y Alertas del IDEAM, explicó que “en agosto se consolidarán los vientos fuertes debido a los vientos alisios del sureste. Esto puede generar una sensación térmica más fría, aunque el promedio de temperatura se mantiene entre 9 y 11 grados centígrados, como es habitual para esta época.”

Entre los riesgos previstos se encuentran: caídas de techos debido a la fuerza de los vientos, posibles deslizamientos de tierra y avenidas torrenciales, especialmente en la zona sur de la ciudad. Estos fenómenos podrían causar daños significativos a la infraestructura y poner en peligro a los residentes.

Además de los fuertes vientos, la transición al Fenómeno de La Niña, que se espera que ocurra entre agosto y septiembre, podría traer consigo intensas lluvias. Esto ha puesto en alerta a los organismos de atención de emergencias, quienes se están preparando para enfrentar posibles situaciones adversas. 

La temporada de lluvias puede traer consigo inundaciones, deslizamientos de tierra y avenidas torrenciales. Las localidades más vulnerables, debido a las cuencas hídricas cercanas, incluyen Sumapaz, Usme, Ciudad Bolívar, San Cristóbal y Santa Fe.

En conversación con Canal Capital, el Sargento Carlos Torres, de los Bomberos de Bogotá, destaca: “debemos estar muy atentos a las zonas críticas donde hay un aumento en el nivel del agua. Esto puede provocar el taponamiento de alcantarillas y afectar las áreas inundables de Bogotá. Necesitamos que la ciudadanía esté alerta para evitar que estos riesgos se materialicen y nos afecten en un momento dado.”

Las autoridades recomiendan a los residentes de estas áreas estar atentos a las alertas y seguir las recomendaciones de seguridad para minimizar los riesgos asociados con estos fenómenos meteorológicos. La coordinación entre las entidades de emergencia y la comunidad será crucial para enfrentar los desafíos que se avecinan.

Se invita a los ciudadanos a mantenerse informados a través de los canales oficiales y a tomar precauciones para protegerse y proteger sus bienes durante esta temporada crítica.

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Otras noticias

  • El 2025 iniciaría con una medida mucho más estricta en cuanto al racionamiento de agua en Bogotá. 

    Durante el primer mes del año, algunas zonas de la ciudad podrían enfrentar hasta dos días sin suministro de agua en una semana, con un racionamiento que se aplicaría cada cinco días. Esta decisión es consecuencia de la grave reducción en los niveles de los embalses que abastecen a la capital, lo que ha generado una situación crítica.

  • En el interior de los Cerros Orientales, protegida y conectada con la imponencia de estas formaciones rocosas, sorteando la expansión urbana, entremezclándose entre edificios y casas y avenidas y todo tipo de estructuras urbanas, existe un pulmón que reverdece la ciudad: la Reserva Thomas Van der Hammen

  • Debido a la creciente preocupación por la escasez de agua que afecta a Bogotá, el Aeropuerto Internacional El Dorado ha implementado un plan de racionamiento para reducir su consumo y contribuir al uso responsable del recurso. Estas acciones se alinean con los esfuerzos de la ciudad para enfrentar la crisis hídrica derivada de la disminución en los niveles de los embalses y la presión sobre el suministro de agua.