El gimnasio que abre sus puertas a personas con sobrepeso y obesidad

En el norte de Bogotá opera XL Club, un gimnasio especializado en personas de talla XL, donde los usuarios no se pasean con  cuerpos torneados entre las máquinas mientras se ejercitan y hacen vida social.

Este espacio busca mejorar la calidad de vida de las personas en vez de enfocarse en los estándares tradicionales de belleza.

Las máquinas son las mismas, pero los ejercicios están enfocados en mantener las pulsaciones cardíacas arriba para quemar más calorías.

Alejandra Santos  es una de las afiliadas a este centro. Ella era una niña delgada que sufrió matoneo. Como consecuencia del estrés y la depresión, desarrolló una adicción a los dulces.  

“Pasé a sentirme muy insegura y sufrir de fuertes depresiones. Me volví una mujer muy ansiosa y empecé a enfocar esa ansiedad en comer dulces”, relata.

La obesidad comenzó a ser su peor enemigo. “En los peores momentos agarraba una lata de leche condensada grande y me la comía con cualquier otro dulce”, dice.

Pesaba 106 kilos cuando decidió cambiar su estilo de vida, hace aproximadamente tres años. Sin embargo, los gimnasios convencionales no eran la mejor opción, pues no se sentía cómoda. Según explica, “la atención a veces recae sobre las personas fitness” en estos negocios.

Ricardo Rivadeneira es uno de los entrenadores de XL Club. Él es el encargado de ayudar a los usuarios a lograr sus objetivos. Según él, estar rodeado de personas en la misma condición hace que las personas se sientan más motivada. “Constantemente como ven personas de su misma fisionomía, entonces se sienten bien. Ya no es como en un gimnasio normal donde les da pena quitarse la chaqueta o ejercitarse junto a la niña está 90-60-90”, asegura este entrenador personal.

“Sigo siendo una mujer de talla grande, pero ya soy una mujer sana”, concluye Alejandra.