Canadiense perdido recorrió 10.000 kilómetros y fue encontrado en el Amazonas

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Sáb, 11/02/2017 - 08:43
Descalzo y lanzando insultos en inglés, apareció en el Amazonas un canadiense del que no se sabía nada desde 2012. El hombre, llamado Anton Pilipa, fue hallado caminando por un carretera de Ji-Paraná, en el estado brasileño de Rondonia. Tenía el rostro quemado y una barba larga y desordenada. Cuando abandonó su casa, en marzo de 2012, empezó la angustia de la familia de Pilipa que reside en Toronto. Poco tiempo antes de su desaparicion, le habían diagnosticado esquizofrenia y sus padres y hermanos se imaginaban lo peor. No tenía documentos, ropa ni tampoco dinero. Pero hace unos días, se volvió a saber de él, y para sorpresa de quienes lo buscaban, estaba vivo y a unos 10.000 kilómetros de su país. Lea también: Pirry rompe su silencio en diálogo con KienyKe.com ¿Cómo llegó hasta el Amazonas brasileño? ¿Cómo logró evadir los controles fronterizos de las autoridades? Las respuestas siguen siendo un misterio. Lo que hasta el momento ha relatado su hermano Stefan, quien fue a recogerlo este año luego de ser contactado por las autoridades en diciembre de 2016, es que Anton fue el protagonista de una travesía increíble, como extraída de una película de aventura. Además: La Arquidiócesis de Cali sí debe responder por la violación de niños “Su obsesión era conocer la Biblioteca Nacional de Buenos Aires, en Argentina”, ha dicho a la prensa canadiense. Sin embargo, su sueño no se cumplió porque las autoridades no le permitieron el ingreso al edificio por no portar documentos. Lo extraño, es que el hombre tuvo que atravesar los controles de varios países, que al parecer no resultaron efectivos. Le puede interesar: El drama del primer matrimonio igualitario celebrado en Bogotá Durante estos cinco años, el canadiense de 39 años, y conocido por su trabajo como activista para ayudar a los más pobres, vivió de su suerte. No trabajó ni tuvo una vivienda, comió frutas recolectadas de los árboles y se valió de la generosidad de extraños pese a que solo sabía hablar inglés. “Un equipo (de la poPicía) constató su comportamiento anormal y lo llevó a un puesto de control, en virtud de que dijo ser canadiense, no portar documentos y no hablar portugués (…) No supo decir su apellido ni de dónde venía. Solo que se llamaba Anton”, relató la Policía Federal de carreteras en su página de Facebook. Aunque las autoridades lograron encontrar a la familia mediante redes sociales, se presentó otro capítulo que complicó el encuentro. Anton se escapó del hospital donde estaba internado, muy cerca de los peligros de la espesa selva del Amazonas. Sin embargo, cuando fue nuevamente hallado, estaba a salvo.
“Infelizmente, cuando encontramos a la familia no teníamos idea dónde estaba Anton (…) Ahí nos preocupamos seriamente por su seguridad. En esa región existen grandes predadores como jaguares, yacarés y serpientes. Es la selva amazónica”, dijo la oficial que lo vio por primera vez. Días después, dieron con su paradero. Luego de pasar algunos días en un centro asistencial de Brasil, Anton regresó con su hermano Stefan a su hogar en Toronto. Su familia espera que ahora reciba un tratamiento médico más severo contra la esquizofrenia. “Está muy delicado por el momento. No ha estado con gente durante un largo tiempo. Estuvo completamente solo”, indicó su hermano, que además recaudó $13.000 dólares hasta este viernes, mediante la página GoFundMe, con el fin de tener recursos para los pasajes aéreos, la cuenta del hospital y otros gastos para la recuperación de Anton. “Necesitamos apoyo financiero para llevarlo a casa y ayudarlo a instalarse, recuperarse y mantenerse saludable cerca de su familia en Toronto. Los costos de llevarlo a casa son altos. El costo de su vuelo es de 1.600 dólares, el hospital y los honorarios consulares son otros 2.000 USD, y un par de meses de alquiler en Toronto costarán alrededor de 3.500 dólares. También estamos pidiendo dinero para compensar los costos del viaje de ida y vuelta de última hora de Stefan a Brasil, sin el cual Anton no podría regresar a casa. Por favor contribuya lo que pueda y comparta esta frase con aquellos que conocen a Anton”, indica la petición que han atendido cientos de personas alrededor del mundo.
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