¿Cómo lee Bogotá? Así están los hábitos de lectura en la ciudad

La FILBO 2024 trae una gran fiesta literaria que se extiende por dos semanas, aunque el eco de sus charlas, el sonido de las páginas, y el conjunto de letras convertidas en palabras y en párrafos sobre las hojas siembran ‘un granito de arena’ para que las bogotanas y los bogotanos se interesen todavía más por la lectura en la ciudad.

La edición de la Feria de este año tiene a Brasil como país invitado y a la naturaleza como eje central. Esta atención en lo coyuntural (las consecuencias del impacto medioambiental se han vivido en la capital, en el transcurso de este año, y en otras partes de Latinoamérica y el mundo) también nos hace plantearnos varias inquietudes respecto al gran mundo del libro en la ciudad: ¿cómo está leyendo Bogotá?

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Bogotá, pionera en lectura en un país que cada vez lee más

Si bien los datos que se presentan están basados en información de IDARTES, la Cámara Colombiana del Libro y BibloRed, Francisco Thaine, gerente estratégico del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (CERLALC, por sus siglas), recomendó la consulta de otros estudios con mayores variables a nivel porcentual y numérico.

“No es adecuado comparar resultados de encuestas realizadas por el DANE, por ejemplo, con el reciente estudio publicado por la Cámara. El estudio de la Cámara, tiene aspectos interesantes que habrá que analizar con sumo detalle, pero no creo que, estadísticamente, sea rigurosa la comparación”, precisó Thaine, quien hace referencia a la Encuesta de Consumo Cultural del DANE, cuya edición más reciente fue en 2020.

Los datos arrojados en ese entonces indicaron que el 50 % de las personas encuestadas mayores a 12 años habían leído 3.9 libros en el año. Asimismo, la población más lectora a nivel local y regional oscilaba entre los 12 y los 25 años. En ese año, marcado por la pandemia y las restricciones más estrictas con el fin de evitar el contagio masivo de Covid-19, se leyó mucho en internet, sobre todo en redes sociales: el 77.6 % de las y los encuestados habían leído en redes y tan sólo el 12 % asistió a una biblioteca.

Vale destacar que durante 2020 no era tan fácil ir a una biblioteca, por lo menos no durante el primer trimestre de ese año debido a las restricciones a causa de la pandemia.

Ahora, cuatro años después, los números han aumentado en consonancia con los hallazgos de 2020: los adolescentes siguen liderando la lectura, junto con las personas de la tercera edad, y el promedio de los libros anuales leídos también tuvo un aumento. 

Siendo así, en febrero de este año se dio a conocer el informe ‘Hábitos de lectura, asistencia a bibliotecas y compra de libros en Colombia 2023’ de la Cámara Colombiana del Libro. Este documento, si bien brinda una perspectiva nacional, también se enfoca en lo local, y por ello conocimos que Bogotá descendió a la tercera posición de las ciudades que más leen.

Pero no se trató de una reducción de lectura en la ciudad, más bien lo contrario: las diversas iniciativas en zonas y regiones del país en cuanto a promoción de lectura aumentaron el número de lectoras y lectores a nivel nacional.

En total, 72 % de la población colombiana asegura que lee. De esa cantidad, 75 % leen libros, 34 % redes sociales y 38 % páginas web. Lo más llamativo es que el 62 % asegura que lee por placer y no por obligación. También hubo un dato nada menor: quienes no leen aducen como razón principal la falta de tiempo (el 45 % de los no lectores del país aseguraron que su jornada les impide adentrarse en los libros).

“Creo que Bogotá siempre llevaba el liderazgo de la lectura, pero nos hemos dado cuenta de que, con todas las campañas que se han hecho en todas las regiones, están leyendo en todo Colombia (…) El año pasado hicimos un estudio que derivó en el Directorio de Librerías, donde tenemos 511 librerías. Eso nos mostró que Envigado es la ciudad de Colombia con más librerías per cápita. Lo que estamos viendo es que, lo que antes era como un patrimonio bogotano, no es que esté decayendo, sino que otras ciudades están recuperando ese ritmo”, aseguró Emiro Aristizábal, presidente de la Cámara Colombiana del Libro.

Más allá del sondeo de la Cámara, en los últimos años en Bogotá ha habido un aumento significativo en el número de lectoras y lectores, y eso mismo motiva a consolidar estrategias más eficaces de promoción de lectura.

 Alejandra Soriano, gerente de Literatura de IDARTES, indicó que leer más no es necesariamente leer mejor, pero con ello se obtiene una base para que las letras sean protagonistas de la ciudad.

“Si hablamos del promedio de lectura de personas mayores de 18 años, vemos que Bogotá lidera los indicadores con 4.27 libros al año, un resultado que se mantiene en las diferentes mediciones y que en los últimos años ha subido. Si bien es un resultado que nos alegra, sabemos que leer más no necesariamente es leer mejor, y por eso nuestras acciones se enfocan en la formación y apropiación de herramientas para promover la lectura crítica y de calidad”, precisó Soriano.

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La lectura de Bogotá en cifras: ¿quiénes leen más?

Del informe de la Cámara Colombiana del Libro y los datos de IDARTES, se puede concluir que Bogotá lidera el promedio de lectura en personas mayores de 18 años: las lectoras y los lectores de la ciudad leen un promedio de 4 libros al año.

A nivel etario, las personas entre 18 y 24 años consumen un promedio de 5.5 libros al año, apenas seguido por las lectoras y los lectores de más de 80 años, quienes leen 5.4 libros al año.

Quienes menos leen, curiosamente, van después del rango de edad de los más lectores: las personas entre 25 y 34 años leen 2.9 libros al año.

“La lectura en Bogotá está concentrada en los extremos: la gente joven y la gente mayor. La gente mayor puede que tenga más tiempo: cuando se retira tiene más tiempo de leer. En los jóvenes y los niños, por las campañas de lectura: llegan a la población infantil que va creciendo y formándose como lectores”, aseguró el presidente de la Cámara del Libro.  

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El análisis a nivel nacional de la Cámara del Libro también se enfocó en las brechas por estrato socioeconómico. Vale resaltar que en Bogotá se efectuaron 205 encuestas, un número alto respecto a otras regiones o ciudades. Esto arrojó que las personas de estratos 4, 5 y 6 leen 5.7 libros al año; de estrato 3 leen 4 libros al año; de estrato 2, 3 libros al año, mientras que en el estrato 1 se leen 3.12 libros al año.

En abril de 2022 se hizo un análisis mucho más completo relacionado con Bogotá. La Dirección de lectura y bibliotecas y la Dirección del Observatorio y Gestión del Conocimiento Cultural, de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, indicó que el 76 % de la población bogotana tiene un hábito de lectura que oscila entre los 3 y 5 libros por año. Además, y en concordancia con el informe reciente de la Cámara, las plataformas digitales y las herramientas tecnológicas han servido para que las lectoras y los lectores de la ciudad se acerquen a las historias sin dejar de lado los libros físicos.

“Bogotá reporta un 73 % de lectores frente a un 27 % de no lectores. Un resultado que se puede analizar con el indicador de razones de no lectura que señala la falta de tiempo como la principal causa. Si vemos la Encuesta de lectura, escritura, oralidad y espacios de lectura del 2022, encontraremos que esa variable es la que prima sobre otras en las razones de por qué las personas no leen en Bogotá”, señaló Soriano, gerente de Literatura de IDARTES.

Bogotá es una de las ciudades más lectoras de Colombia, pero ¿qué hacer para que las y los ciudadanos que no leen se acerquen a los textos?

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‘Hay que procurar que la gente confíe en los bibliotecarios’

Para Alejandra Soriano, las políticas públicas culturales relacionadas con la promoción de lectura se han diversificado en los últimos años con el fin de llegar a todo tipo de población, pero, sobre todo, a quienes menos se acercan a los libros.

“En comparación con estándares internacionales seguimos rezagados y eso nos impone la tarea de continuar con los esfuerzos para promover la apropiación de la lectura, la escritura y la oralidad a lo largo de la vida”, enfatizó la gerente.

Al respecto, Francisco Thaine indica que lo más importante va mucho más allá de las cifras, de las encuestas y los porcentajes: hay diversas prácticas culturales lectoras que es necesario conocer a fondo, dado que brindarían un panorama mucho más esclarecido.

“Hay esfuerzos muy interesantes en la capital relativos al análisis del comportamiento lector y la ciudad creo que ha avanzado en algo que, a juicio del CERLALC, es tremendamente positivo: el reconocimiento más sensible, más complejo, de qué implica leer desde la variedad de prácticas de lectura, desde la variedad de escenarios de lectura, y lo importante que es para las políticas culturales, para los mediadores culturales y para las educadoras y educadores reconocer estas múltiples formas de leer que conviven actualmente”, afirmó Thaine.

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Desde la Cámara Colombiana del Libro hay un llamado muy particular: la gente tiene que ‘perderle miedo’ a las bibliotecas y a las librerías. Además, con una librera o un librero de confianza es posible iniciarse en la lectura sin temor a pasar como un desentendido de la realidad: mucha gente aduce su reticencia a los espacios de lectura a quedar como ‘ignorante’ por no tratarse de una lectora o un lector totalmente especializado.

“Las bibliotecas públicas por lo general les quedan cerca a todos. Es importante tener la posibilidad de visitar las bibliotecas y es importante que la gente pierda el miedo a ir (…) A las personas les da temor porque creen que eso es para especialistas y no: es para que vaya todo el mundo y allá se encuentran todo tipo de libros. La gente tiene que hablar con los bibliotecarios para sus inicios en la lectura. Creo que las bibliotecas cumplen un papel muy importante”, afirmó Emiro Aristizábal.

Lo que señala el presidente de la Cámara del Libro respecto a las bibliotecas públicas es muy claro: según BibloRed, en 2023 se registraron 2.659.354 visitas a los diferentes espacios de lectura en Bogotá. Por su lado, la Biblioteca Digital de Bogotá tuvo 1.700.000 visitas.

Otras cifras reveladoras de BibloRed indican que en 2023 se hicieron más de 817.363 consultas y 813.361 préstamos de materiales bibliográficos, además de 40.661 solicitudes de préstamos y 11.416 solicitudes de devolución.

Ahora bien, el llamado de asistencia a espacios de lectura nos aterriza en la gran fiesta cultural que tienes la posibilidad de disfrutar con Capital como canal oficial: la FILBO 2024. La Feria tiene una particularidad este año denominada FILBO Ciudad.

¿Qué es?: “FILBO tiene FILBO ciudad: más de 200 eventos que son fuera del recinto de Corferias. A lo mejor la gente, por tiempo o por distancia, no puede ir a Corferias entonces hay eventos gratuitos en varias librerías de Bogotá”, indicó Aristizábal.

La FILBO: ¿un impulso para la lectura en Bogotá?

La Feria Internacional del Libro de Bogotá es el epicentro literario más importante de la ciudad y del país: desde el pasado miércoles 17 de abril, y hasta el próximo jueves 2 de mayo, se han citado escritoras, escritores, especialistas y grandes personalidades del panorama cultural y distrital tanto en Corferias como en otros puntos de la capital.

“FILBO Ciudad es la oportunidad para democratizar el acceso a la programación y la agenda de invitados de la FILBO, es la forma que tiene este importante evento para llegar a las localidades en escenarios culturales públicos y comunitarios”, afirmó Alejandra Soriano.

Hasta el momento la concurrencia de la FILBO brinda un mensaje contundente: Bogotá, el país y el continente están en presencia de uno de los eventos fundamentales de las agendas culturales. Irene Vallejo, Mario Mendoza, Jorge Carrión, Rosa Montero, William Ospina, Eduardo Sacheri y otros escritores y escritoras han hecho de estos días una gran fiesta.

“La FILBO es muy importante porque llevar más de 600 mil personas a Corferias, donde sólo hay libros, muestra que realmente hay interés. Yo le digo muchas veces al presidente de Corferias: ‘no se ofenda, pero es que usted cuando muestra carros o ganado o electrodomésticos le va gente, pero que la Feria que va más sea la FILBO habla muy bien de la ciudad indudablemente’”, señaló el presidente de CamLibro.

Recuerda que con #FILBOporCapital puedes estar al tanto de los eventos que se transmiten por nuestras pantallas y otros contenidos relacionados con la edición 36 de la Feria.

Las estrategias para cultivar más lectoras y más lectores en Bogotá

A la FILBO y su múltiple agenda se unen otros mecanismos para que Bogotá sea una ciudad mucho más lectora de lo que pueden indicar los números o las cifras.

Desde IDARTES se indicaron algunos programas principales: Lectura bajo los árboles y los Picnics literarios (espacios que impactan a 10.500 personas); Libro al Viento, iniciativa que cumplió veinte años en el marco de la FILBO y desde la cual se distribuyen alrededor de 600 mil ejemplares de libros; Palabra de Libertad, programa dirigido a las personas privadas de la libertad; el Club de Lectura Casa de la Sabiduría, dirigido a mayores de 60 años; el Club de Lectura Casa LGTBIQ; el Club de Lectura de las madres cuidadoras de las Manzanas del Cuidado, y el Tendedero de Paz en espacios universitarios.

La eficacia de estos espacios también reside en los estímulos culturales: 

“Las convocatorias de la Gerencia de literatura se ofrecen a través del Portafolio Distrital de Estímulos. En 2023, la versión más reciente, se postularon 727 propuestas y se seleccionaron 43 proyectos, que recibieron estímulos por un valor total de $472.834.812”, indicó Soriano.

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Estos estímulos, en esencia, fortalecen, promueven y apoyan los programas e iniciativas culturales en Bogotá. Tienen modalidades entre pasantías, residencias, premios y becas distribuidos en áreas como Actividades de la economía creativa y cultural; Arte dramático; Arte, ciencia y tecnología, Artes audiovisuales; Artes plásticas y visuales; Danza; Interdisciplinar o transdisciplinar; Literatura, la categoría que más nos atañe y que involucra iniciativas de publicación y promoción de lectura, además de incentivos a librerías y programas relacionados con la distribución de textos; Música; Oficios culturales y artesanías, y Patrimonio Cultural.

Bogotá lee, sí, pero los esfuerzos por atraer a más lectoras y a más lectores no pueden detenerse, e incluso deben acoplarse a las nuevas realidades de lectura en la ciudad.

“No se puede tomar como única medida del análisis del comportamiento lector el indicador que habla de números de libros leídos por habitante. Eso, por supuesto, es de interés, pero en realidad es algo que no expresa la realidad de la lectura (…) hay prácticas lectoras o de escritura de sumo valor que no entendemos del todo. Esto entonces, creo yo, nos llama a reconsiderar qué consideramos cómo buena lectura y qué consideramos como buena práctica lectora, y abrirnos a reconocer las nuevas modalidades de los entornos culturales contemporáneos que plantean preguntas interesantes sobre la cultura escrita”, concluyó Thaine con respecto a cómo se lee en Bogotá.

Por: Juan Rodríguez Pérez.