Cinco hechos que tuvieron que pasar para logar otro acuerdo de paz
Este sábado 12 de noviembre el gobierno y las Farc lograron un nuevo acuerdo de paz en el que se incluyeron todas las observaciones del comité de los propulsores del ‘No’. Pero para llegar a este punto, el país pasó por un difícil y a la vez tensionante proceso en el que por primera vez desde el inicio de las conversaciones, todos los colombianos pondrían sus esperanzas para lograr la tan anhelada paz.
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Una mezcla de sorpresa y tristeza sintieron todos lo colombianos que acudieron a las urnas el pasado 2 de octubre a votar ‘Sí’ en el plebiscito por la paz. Alegría, felicidad y satisfacción sintieron todos aquellos que votaron por el ‘No’. Pero más allá de esto todos se hicieron la siguiente pregunta: ¿Y ahora qué?
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Las horas posteriores al escrutinio de los votos fueron angustiantes, tanto para quienes apoyaban el sí como para quienes apoyaban el No, al igual que los días que le siguieron. Cada uno de los involucrados, el gobierno, las Farc y los del opositores de los acuerdos, empezaron a reorganizar sus posturas, ejercer alianzas, proponer cambios y mover sus fichas. Esta vez, aunque las diferencias eran notables, todos tenían un fin común: Lograr un acuerdo que fuera del agrado de la mayoría de los colombianos.
Para conseguir este nuevo acuerdo de paz, Colombia tuvo que pasar por varios momentos de gran importancia que, de una u otra manera, influyeron para que éste fuera realizado con la mayor celeridad posible.
Santos y Uribe: una reunión esperanzadora
Tras perder en el plebiscito, la mirada de todos se centró en estos dos personajes, aquellos que en nombre de la paz supieron dividir al país entre un Sí y un No. Santos, resuelto a firmar la paz a como fuera lugar, invitó a su mayor rival a dialogar para poder reencaminar las negociaciones. Pero ¿aceptaría Uribe?
Contra todos los pronósticos, y en tiempo récord, el expresidente se subió al bus de la paz y aceptó reunirse con Santos. Pero esto no garantizaba nada. El ambiente político pendía de un hilo, y el país se debatía entre el miedo a la guerra y la inconformidad con los acuerdos.
Santos no la tendría fácil. Era él con una comitiva de opositores. Uribe, Alejandro Ordóñez, Carlos Holmes Trujillo, Óscar Iván Zuluaga y representantes de la iglesia cristiana que llegaron a expresar los puntos que más dudas generaban.
No fue sencillo, pero de este encuentro salió la primera señal de reconciliación entre ambos extremos, la primer muestra de que la paz entre dos posiciones aparentemente irreconciliables era posible.
El turno de reunirse con los cristianos
Santos anunció que después de su reunión con Uribe seguiría escuchando dudas y propuestas de líderes del No. Por eso, el 5 de octubre, tres días después del plebiscito, el presidente madrugó para reunirse con 14 pastores cristianos.
Las dudas respecto a una supuesta introducción de ideología de género en los acuerdos de La Habana preocupaba a este importante sector. El encuentro supo provocar la ira de quienes creen que las iglesias no deben opinar en este asunto como de los que creen que sí, ya que son capaces de reunir a millones de votantes en todo el país.
Este fue otro importante paso, dado que se reconoció que la preocupación de los religiosos correspondía a “errores de precisión que pueden ser corregidos con un par de palabras”.
El Nobel para Santos
El 7 de octubre Santos se levantó con una gran noticia: El comité Nobel Noruego decidió darle el Premio Nobel de paz “Por sus grandes esfuerzos para finalizar la guerra civil de más de 50 años en Colombia”.
La paz no se había alcanzado y muchos no entendían por qué se le dio el premio a él y no a otro, como los rescatistas que salvan vidas en la crisis humanitaria que vive Siria. Sin embargo, expertos aseguran que era una manera de ejercer presión en la política interna colombiana para que la paz no se desechara luego del plebiscito.
Ante esto, el presidente, a quien se le vio dudar de mantener una vía de diálogo con los del No, prefirió redoblar esfuerzos por conseguir un nuevo acuerdo de paz.
Las Farc aceptan discutir las propuestas del No
Uno de los puntos más complicados de esta lista fue que las Farc aceptaran considerar las propuestas de quienes le dieron la espalda a los acuerdos. Sin embargo, esto se logró, lo cual fue interpretado como un gesto de buena voluntad, si bien no aceptaron reunirse con el uribismo.
Hoy, un mes después de las votaciones, el gobierno y las Farc están firmando un nuevo documento, asegurando que estas propuestas fueron tenidas en cuenta. Falta ver si este nuevo acuerdo sí es aceptado por los líderes opositores al proceso de paz.
Los ciudadanos defienden el acuerdo de paz
La paz, después de todo, le pertenece a los colombianos, y así lo hicieron saber cuando decidieron salir a marchar. Fueron más de 16 ciudades principales del país. Miles y miles de personas exigiendo la implementación de los acuerdos.
Estudiantes, víctimas, personas del común, académicos, minorías, familias enteras, personas de todos los colores políticos, tendencias religiosas e ideológicas salían a las calles para manifestar.
El país se había unido por fin por un bien común: La paz. Los ciudadanos lograron ejercer presión, independientemente de la causa que buscaban reivindicar. Sus esfuerzos se ven hoy recompensados, aunque el nuevo acuerdo de paz deba pasar por nuevos espacios de revisiones para poder ser ejecutado.
* EN ALIANZA CON KIENYKE.COM
(Imagen tomada de Reuters)
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