Penitenciaría de Cundinamarca: la oscura historia detrás del Museo Nacional
Lun, 20/05/2019 - 14:15
Adjetivos como emblemáticos, crueles y llamativos son los que han definido los muros que hoy componen al Museo Nacional.
Este espacio que se viste de arte y cultura, como actualmente se refleja, antes era la fachada de la Penitenciaría de Cundinamarca.
El lugar que, según su insignia, tiene 192 años de historia, ha sido testigo de anécdotas oscuras y dolorosas de cientos de presos que cumplían su condena dentro de la cárcel. Así fue como el panóptico de Bogotá no tardó en convertirse en un edificio reconocido y emblemático.
Esta cárcel fue un proyecto de construcción de Tomás Cipriano de Mosquera, militar y expresidente colombiano, en 1847.
En principio, la idea era crear un centro penitenciario que permitiera resocializar a los presos de una forma diferente y poco vengativa a través de la reflexión. Por eso, se dispuso de una serie de capillas dentro de la prisión para que los condenados pudieran acercarse a Dios y sanar sus errores. Sin embargo, no tardó en convertirse en la insignia del horror.
Una cárcel que, en ese entonces, solo tenía la capacidad de 207 celdas llegó a tener más de 5.000 presos que pagaban su condena. El hacinamiento fue tan cruel y despiadado que recibió el nombre de "La gusanera".
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Estos muros, a su vez, fueron testigos de la detención de Adolfo León Gómez, poeta liberal colombiano. La condena que se dio en el contexto de la Guerra de los Mil Días tuvo como resultado una serie de vejámenes que posteriormente el poeta relata en su libro: "Secretos del panóptico".
Miles de historias que se mezclan entre el terror y adrenalina se quedaron dentro de la Penitenciaría de Cundinamarca. Entre las anécdotas más recordadas está la fuga de 40 hombres que, al mejor estilo de una película americana o como si se tratase de la cárcel Alcatraz, escaparon por el techo ya que no soportaban la vida indigna que ofrecía este centro de reclusión.
La Penitenciaría de Cundinamarca funcionó hasta el año 1930, fecha en que trasladaron a los presos a la cárcel La Picota.
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