Extracción de agua subterránea por parte de empresas estaría generando problemas en el suelo

El Distrito ha recibido críticas por las concesiones para extracción de agua subterránea por parte de empresas de Puente Aranda que, según expertos, estaría generando problemas con el suelo.

La extracción de agua subterránea en Bogotá ha sonado como alternativa para afrontar la crisis de abastecimiento por la que atraviesa la capital, sin embargo, esta práctica se viene haciendo desde hace décadas por parte de compañías privadas.

Postobón, Grasco y Textilia son algunas de las entidades que han usado agua subterránea para sus procesos industrial que, según expertos, han afectado la calidad del suelo en localidades como Puente Aranda.

Una de las críticas que mas ha sonado de esta práctica por parte del sector empresarial es el valor por el cual adquieren el agua, 28 pesos por metro cúbico, una tarifa significadamente más baja que la que pagan los usuarios naturales del Acueducto.

Entre 2017 y 2023, las industrias en Puente Aranda consumieron alrededor de 5.5 millones de metros cúbicos de agua subterránea, equivalente al consumo promedio anual de 42 mil bogotanos, por un precio de 160 millones de pesos. Solo Postobón extrajo más de 1 millón de metros cúbicos durante el mismo periodo de tiempo, por los cuales pago en promedio 6 millones de peso al año.

Le puede interesar: Cuidado con las sanciones: nuevo decreto en Bogotá prohíbe el uso de agua en determinados casos

¿La extracción subterránea de agua está hundiendo a Puente Aranda?

La preocupación principal de expertos y académicos respecto a la extracción subterránea de agua por parte de privados radica en el posible impacto que esta práctica masiva tiene sobre la estabilidad del suelo, pues han advertido que podría estar contribuyendo a hundimientos en la localidad.

“Hay un balance entre la recarga de los acuíferos y la extracción que tengamos; si hacemos más extracción que recarga se presenta un déficit y puede generar subsidencia importante”, sostuvo Guillermo Ávila, ingeniero y profesor de la Universidad Nacional, en entrevista con Noticias Uno.

La subsidencia es un fenómeno que afecta la estabilidad del terreno. De hecho, el Servicio Geológico Colombiano detectó que entre 2011 y 2017 Puente Aranda experimentó un hundimiento de 33 milímetros por año.

“Hay una relación entre la extracción de agua subterránea y los niveles de subsidencia que identificamos en Puente Aranda (…) El agua subterránea puede ser muy económica en comparación con la que viene de otras fuentes”, agregó el ingeniero Guillermo Ávila.

El mayor consumo de agua subterránea de Bogotá se produce en las plantas de cuatro industrias: Textilia Asitex tiene un punto, la productora de tejidos Textilia tiene dos, la productora de aceites Grasco tiene tres y Postobón tiene tres, entre los que están la embotelladora de agua Cristal.

Debería leer: ¿Cómo leer su recibo del agua para saber cuánto gasta?

¿Cuál es la respuesta de las autoridades ante la extracción de agua subterránea?

Tras las revelaciones de la extracción de agua subterránea por parte de empresas privadas, el alcalde de Bogotá Carlos Fernando Galán confirmó que hay 64 concesiones activas para la extracción de agua, de las cuales una fue aprobada en los primeros nueve meses de su mandato.

Asimismo, señaló que la extracción de agua subterránea representa menos del 1 % del consumo total de la ciudad y aclaró que el agua extraída no es apta para consumo humano, lo que obliga a los privados a asumir los costos de su tratamiento y potabilización.

Finalmente, el alcalde indicó que a nivel general las concesiones tienen un límite de extracción de 15 mil metros cúbicos, de los cuales las empresas suelen extraer unos 6 mil metros cúbicos por un valor aproximado de 70 pesos por metro cúbico. Aunque este valor corresponde al acceso a agua no potable, el acalde lo considera “algo bajo”.

“Desde el Distrito pensamos que el costo de estas concesiones es demasiado reducido. 
Por ello, hemos solicitado al Ministerio de Ambiente que revise estos montos”, dijo Galán refiriéndose al decreto 1155 de 2017 que regula estas tarifas.