Bogotá, la ciudad de los contrastes

Por ser una ciudad grande y poseer oportunidades  laborales y de vida, Bogotá se ha convertido en el lugar ideal para miles de colombianos que por diversas situaciones se vieron en la necesidad de tocar las puertas de la capital en búsqueda de un nuevo y mejor futuro.

Hay quienes con esfuerzo han logrado construirlo, pues gracias a un oportuno acceso a la educación y a las buenas oportunidades laborales han cultivado una buena calidad de vida. Muchos de ellos nacidos en la capital, otros no. Pero, ¿qué pasa con las personas que viven en situación de pobreza?

Según Prosperidad Social, en Bogotá hay todo tipo de familias, las hay adineradas, de clase media y, a pesar de que 319.000 personas superaron la pobreza y más de 31.000 la pobreza extrema entre 2010 y 2015, todavía existen 819.000 personas consideradas como pobres.

Sin embargo, los trancones, la congestión en la movilidad, la inseguridad y otras situaciones negativas no son un factor para no ser una de las ciudades más esperanzadoras del país para quienes buscan un mejor futuro, pero no es fácil. Son miles de personas las que a diario llegan a la capital huyendo de la violencia, sin dinero, educación, sin vivienda, básicamente a empezar de cero.

El principal reto es conseguir trabajo, pues la falta de educación es una de los mayores inconvenientes, además, el alto costo de vida impide, en muchos casos, la posibilidad de pagar un arriendo o hacer mercado.

Este es el caso de Amira Marroquín, una mujer que desde hace 15 años llegó a Bogotá huyendo de la violencia. Tuvo 10 hijos, cuatro de ellos aún dependen de esta madre cabeza de familia.

Por fortuna, Amira fue una de la beneficiadas del Gobierno Nacional y adquirió una vivienda gratis en donde reside junto a sus hijos; sin embargo, la situación para esta mujer no ha sido fácil, pues según relata hay días en los que no tiene dinero ni para comer.

Pese a esto y a las desdichas hay quienes se niegan a dejar Bogotá, pues la vida en las zonas rurales y en algunas pequeñas ciudades no resulta ser fácil. La falta de oferta laboral y de posibilidades de superación se convierte en el mayor enemigo de quienes buscan salir adelante.

Por su parte, Departamento para Prosperidad Social asegura que en los últimos años los esfuerzos se han unificado en la reducción de los índices de pobreza multimedimensional gracias a los diferentes movimientos económicos por los que ha atravesado el país, la cual continúa estando en los retos de la entidad.