"Las cosas no van a cambiar de un día para otro": Alto Comisionado para la Paz

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Noticias Capital (Migración)
Mar, 13/09/2016 - 19:00

La negociación de paz con las Farc fue algo complejo pero más lo será la aplicación de lo pactado con esa guerrilla una vez se firme el acuerdo definitivo, el próximo 26 de septiembre, dijo en una entrevista el Alto Comisionado para la Paz de Colombia, Sergio Jaramillo.

El funcionario, que está al frente del proceso de paz desde antes del inicio de la fase secreta de contactos con las Farc, es el arquitecto de la negociación y conoce hasta el más mínimo detalle de todo lo tratado en La Habana.

"Primero, yo siempre digo, negociar con las Farc es algo extraordinariamente difícil, pero palidece en comparación con la dificultad de la implementación, pero es que de eso se trata este proceso", dijo a Efe en Buenaventura, donde este martes lideró una actividad pedagógica para explicar a la gente el acuerdo concluido el pasado 24 de agosto.

Según Jaramillo, "en el sentido estricto, el proceso de paz comienza con la firma del acuerdo el 26 de septiembre" en Cartagena de Indias porque a partir de ese momento comenzará la tarea de "llevar las cosas a la realidad" y que todo no quede en "un papel firmado".

"Eso va a requerir esfuerzos enormes, la reforma rural integral es parte de una transición que yo digo no va a durar menos de 10 años de esfuerzos; la implementación de todo el sistema integral para la víctimas, de la Comisión de la Verdad, de la Jurisdicción Especial para la Paz, requiere grandes esfuerzos", asegura citando algunos de los compromisos del acuerdo.

De la misma manera, "el programa de desarrollo alternativo de sustitución de cultivos en un país como Colombia requiere una capacidad enorme de gestión y de implementación", añade.

"Son retos muy grandes, no podemos bajar la guardia porque la tarea más difícil la tenemos ahora frente a nosotros", subraya.

Estas reflexiones no son solo de alguien que conoce a la perfección el proceso, sino de un filósofo como Jaramillo, que ve el mundo con la óptica de la realidad y no de la política.

Por eso afirma que "las cosas no van a cambiar de un día para otro" al ser preguntado sobre cómo imagina el país cuando concluya el periodo de 180 días para la dejación de armas y desmovilización de las Farc, que empezará a contar al día siguiente de la firma del acuerdo, es decir el próximo 27 de septiembre, y terminará en marzo.

"Para ese momento las Farc habrán entregado la totalidad de sus armas a una misión especial de las Naciones Unidas que las habrá colocado en unos contenedores; para ese día habrán salido todos los contenedores de la zona donde están las Farc, las Farc estarán desarmadas y habrán dado su paso a la vida civil", resume.

Esa parte es una tarea más de las Farc, mientras que el Gobierno tiene "la responsabilidad de poner en marcha la implementación de los demás acuerdos".

"Tenemos que hacer todo lo posible para que todos los colombianos golpeados por el conflicto vean rápidos los cambios, vean resultados, victoria tempranas. Uno acuerda una cosa y la cumple. Las Farc tendrán que cumplir su parte y nosotros nuestra parte", sentencia.

Pese al entusiasmo que generan las visitas pedagógicas que hace estos días por todo el país para explicar el proceso de paz, Jaramillo dice "que hay que ser muy prudentes" con el plebiscito en el que el 2 de octubre la población dará su opinión sobre el acuerdo con las Farc, y "esperar que los colombianos decidan, vayan a las urnas y voten".

En ese sentido reconoce que los casi cuatro años que duró la negociación con las Farc, y no meses, como estaba previsto, pudieron acabar beneficiando al proceso porque los 45 meses de conversaciones en La Habana, con sus altibajos, hicieron que se fuera creando un ambiente cada vez más favorable a la paz.

"Ni el país, ni las Farc, ni el Gobierno (estaban preparados), es la realidad. Nosotros sí pensamos que (la negociación) podría ser más rápida porque la fase secreta de seis meses fue muy intensa; si se hubiera seguido trabajando así probablemente hubiéramos terminado más rápido", afirma.

Jaramillo añade que la incorporación a las delegaciones de las Farc y del Gobierno de personas como el jefe negociador, Humberto de la Calle, "un extraordinario líder", y "unos generales muy importantes", Jorge Enrique Mora (Ejército) y Óscar Naranjo (Policía), fortaleció el proceso.

Igualmente destaca el papel de Henry Acosta, un economista con contactos con la guerrilla que "fue el canal para sentarnos con las Farc y construir las bases de lo que fue la fase confidencial o secreta de seis meses de negociaciones, que a su vez fue la base de la fase pública de negociación".

Con la negociación con las Farc resuelta, queda el Ejército de Liberación Nacional (ELN), con el que está pendiente el inicio de un diálogo de paz desde marzo pasado.

"La visión del Gobierno es que el fin del conflicto es uno, esto no es simplemente un proceso con las Farc, es un proceso para cerrar el conflicto histórico implementando una serie de medidas, y yo creo que la paz, una vez se firme la terminación del conflicto y comience esa fase de implementación, va a coger tanta fuerza que otros van a reflexionar y van a querer ser parte de esa construcción", opina.

 

*Texto e imagen tomados de Efe

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