Los riesgos de la desinformación en la construcción de ciudadanía

Capital Sistema de Comunicación Pública finalizó septiembre con Encuentros Capital con el tema: Los Riesgos de la Desinformación en la Construcción de ciudadanía, teniendo como punto de partida el "Día Internacional del derecho de acceso universal a la información", conmemorado el 28 de septiembre. El moderador del panel fue Calos García, Director Digital de Canal Capital, que junto a los invitados intentaron descifrar los riesgos sociales que provoca la desinformación que generan las noticias falsas, cada día más presentes en las redes sociales. El fenómeno de la desinformación no es nuevo, pero con el crecimiento de las nuevas tecnologías y plataformas digitales son frecuentes día a día, por eso en 2018 la Unión Europea define la desinformación como aquellas noticias con contenidos falsos, engañosos e incorrectos que se presentan con el propósito de causar un daño público o para obtener un beneficio. Sin embargo, Ana María Saavedra, editora de check Colombia, afirma que hoy en día no solo son exclusivas de los medios de comunicación tradicionales, sino que las redes sociales, la mensajería instantánea y canales como YouTube producen desinformación con el objetivo de hacer el bien, como ocurre con la actual pandemia, donde todos hemos compartido remedios o supuestas curas contra el Covid-19. Las noticias falsas confirman que la mentira vende más que la verdad, asegura María Paula Velandia, estudiante de Sociología y Relaciones Internacionales de la Universidad Santo Tomás, al referirse que existen medios que se dedican a producir noticias falsas y están los medios que deliberadamente juegan entre la verdad y la mentira, todos pueden interpretar y retocar la noticia y muy pocos se dedican a verificarla. Ahora todo se publica y es responsabilidad del ciudadano y depende de él decidir si es verdad o no. Según Víctor García, director de la Maestría de Periodismo de la Universidad de la Sabana, existen tres riesgos principales asociados a la desinformación que bloquean la construcción ciudadana: generación de conflicto entre diversos grupos sociales, actitudes y comportamientos que ponen en riesgo los grupos sociales más vulnerables y la pérdida de confianza en la institucionalidad. La libertad de expresión es un pilar de la democracia, pero debe encontrar un límite que permita descubrir el verdadero Derecho a la información y el verdadero concepto de la realidad. En conclusión, las plataformas como Facebook, Instagram y WhatsApp deben tener mayor control en la información publicada; por otro lado, los medios de comunicación que generan contenido, tendrían que asumir con responsabilidad sus publicaciones y las audiencias deberán aprender a identificar lo que es verdadero y falso para decidir acertadamente lo que se debe compartir en las redes sociales y de esta manera romper las cadenas falsas de la desinformación. Es hora de darle su lugar a la verdad.