Preocupación por aumento de casos de violencia en entornos escolares

“Sin duda han sido factores que han afectado la socialización de los niños, niñas y adolescentes, en primer lugar porque la pandemia y el confinamiento generó altos niveles de estrés en las familias por factores económicos, laborales, de salud y esto tuvo un efecto sobre la forma de relacionarse en este medio familiar que pudo llevar a un aumento de la violencia en esas interacciones. Por otro lado, sin duda alguna la virtualidad generó que espacios de socialización que son tan importantes para los niños, niñas y adolescentes, se perdieran, y eso está generando que al regresar a la presencialidad, muchos tengan habilidades sociales limitadas, tengan dificultades en la resolución de los conflictos, tengan problemas compartiendo espacios con otros y, finalmente, la forma de relacionarse en la virtualidad y en la presencialidad es distinta”, declaró Camila Arbeláez, docente experta de la facultad de psicología de la Universidad Javeriana.

“Tenemos que tomar como base el principio de corresponsabilidad y ese principio nos habla que no hay un solo responsable sino que cuando estamos hablando de niños, niñas y adolescentes hay una responsabilidad compartida en familia, en Estado y en sociedad y eso a nosotros nos llama la atención. Las familias, ¿realmente qué están mostrando a los hijos sobre las formas de relacionarnos?, ¿Qué tantos canales de comunicación estamos abriendo en esos contextos familiares?, ¿Qué tanto estamos aconsejando el responder con violencia ante determinadas situaciones? Las instituciones educativas, ¿estamos garantizando estrategias y programas para la vuelta a la presencialidad donde reconozcamos cuál debe ser la forma de solucionar conflictos y de llegar a acuerdos? ¿El Estado está brindando los recursos necesarios para las familias y para las instituciones educativas? Y sin duda también tenemos que preguntarnos sobre el estado de la salud mental en la sociedad, que sabemos que viene de un deterioro fuerte a raíz de la pandemia, entonces es una responsabilidad compartida y debemos analizarla de esa forma”, añadió la docente experta.

“Las instituciones educativas tienen que generar programas y estrategias para poder trabajar con niños, niñas y adolescentes sobre este tema que nos está preocupando tanto, pero también trabajar con padres de familia, que se le dé mucha más importancia a la apertura de canales de comunicación, a la apertura de estrategias de resolución de conflictos de forma no violenta y, sin duda, un mayor reconocimiento de las rutas de atención en estas instituciones para poder detectar de manera temprana estos comportamientos, antes que se vuelvan situaciones tan graves como las que hemos estado viendo los últimos días”, concluyó la invitada a Noticias Capital.