Teusaquillo quiere acabar con el drama de la pobreza oculta

Enrique Díaz es un hombre de 61 años que posee una casa esquinera en Teusaquillo. De lejos, su vivienda se ve amplia y con una ubicación envidiable.

Sin embargo, Enrique no vive una situación económica favorable. Según cuenta él mismo, se ha visto obligado a alimentarse en los comedores comunitarios de su localidad. “Me hizo falta la comida para llevarme a la boca”, dice.

Este hombre trabajó en el sector público y después fue comerciante, pero ahora nadie le ofrece un empleo. Muchos opinan que podría mejorar su calidad de vida si vendiera la casa y comprara algo más pequeño, pero él se resiste a tomar esta decisión.

Según él no lo hace, pues su hogar representa “el arraigo a uno del sitio donde vive, donde ha crecido y se ha formado”.

La Encuesta Multipropósito de la Secretaría Distrital de Planeación de 2014 considera que quien pasa de una situación socieconómica favorable a tener menos ingresos puede estar en pobreza oculta.

El alcalde local de Teusaquillo, Rodrigo Beltrán, es consciente de esta problemática, denominada como “pobreza oculta” y su objetivo es priorizar el desarrollo de actividades con este tipo de poblaciones durante los próximos cuatro años.

 “La idea acá es ser corresponsables y generar la posibilidad de solucionar más allá de los recursos que nuestra Alcaldía ofrece”, explica Beltrán.

Muchos se preguntan cómo alguien con una casa en esta zona tan representativa podría considerarse pobre. Camila Manzanarez, edil de esta localidad, expone la situación de personas como Enrique. “Puede ser una zanahoria el único alimento de una de esas personas que está caminando con abrigos y manteniendo una imagen de lujo”, asegura.

Hoy este hombre recibe por parte de la Secretaría de Integración Social un subsidio de 80 mil pesos, dinero que debe rendir durante todo el mes. Sus peticiones son bastante puntuales: “Una alimentación digna y estabilidad emocional”, solicita.