‘Arte por Bogotá’: la iniciativa para que artistas del graffiti decoren paneles de paraderos de bus

El graffiti, cuando no se trata de firmas hechas a las carreras o vulneración de fachadas y otros espacios infraestructurales, es una expresión auténtica de Bogotá: el arte urbano contenido en pinturas, en marcadores, en spray y otros elementos tiene la capacidad de convertir la propia ciudad en un lienzo de sensaciones juveniles. Con diversas técnicas, con el uso de matices y colores, con las formas y los relieves adecuados, la capital se transforma en un retrato de sus habitantes, de los modos de transitar, de la apropiación de los espacios y la esencia ciudadana.

En ese sentido, el Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público, conocido como Dadep por sus siglas, abrió la convocatoria ‘Arte por Bogotá’, dirigida a artistas del graffiti que deseen participar en la decoración de distintos paraderos de bus de la ciudad.  

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Ojo, artista grafitero y artista grafitera: la convocatoria cierra el próximo domingo 14 de julio.

Ilustración, lettering o estilo libre: usted, ¿qué le pondría a los paraderos?

La convocatoria del Dadep abrió el pasado 24 de junio y recibirá propuestas hasta el próximo 14 de julio. Los ganadores serán anunciados el 23 de julio.

¿De qué trata? La idea es que las y los artistas del graffiti de Bogotá envíen una obra de su autoría en alguna de las tres categorías permitidas: ilustración, lettering (escritura de algún mensaje en particular relacionado con la convocatoria) y estilo libre. Este modelo se plasmaría en uno de los 35 paraderos autorizados para la iniciativa.

Podrán participar artistas de 18 años o más, residentes de manera permanente en Bogotá y que acrediten mínimo una intervención en espacio público o privado, y máximo tres, que correspondan con la categoría en la que participará.

Se seleccionarán 35 propuestas y cada una irá en uno de los paraderos. Cada artista tendrá un beneficio económico de 2 millones de pesos.

“Se busca disminuir el nivel de vandalismo y hurtos en estos paraderos, convirtiendo a los artistas urbanos del graffiti en embajadores del patrimonio y el mobiliario, al tiempo que la embellecen con su arte en lugares permitidos y autorizados”, indicó el Dadep por medio de un comunicado.

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Las obras ganadoras se exhibirán en los paneles publicitarios de los paraderos. Tendrá una medida de 2mm de 121 cm x 177 cm en sentido vertical.

La inscripción se hace en este enlace. Aquí, además, aparece el mapa de los sitios asignados para las intervenciones. También están los formatos que debe llenar para hacer parte del proceso.  

“Los esperamos para que embellezcan la ciudad, para que sean partícipes de un proceso extraordinario, a ser promotores del respeto por lo público, lo que nos pertenece a todos. Bogotá es nuestra casa, así que el que tengamos las obras de maravillosos artistas, hombres y mujeres, nos va a dar a entender que ponemos la casa en orden y la cuidamos”, manifestó Lucía Bastidas, directora del Dadep.

Recuerde que a la convocatoria le quedan unos cuantos días (termina el 14 de julio).

El graffiti en Bogotá: una práctica que conecta la juventud con lo urbano

La reglamentación en torno al graffiti y su reconocimiento como expresión artística llegó a Bogotá hace trece años: el Acuerdo 482 del 26 de diciembre de 2011, proferido por el Concejo Distrital, brindó facultades para la regulación de esta práctica en Bogotá.

Un año después, en 2012, se organizaron las primeras mesas de trabajo con entidades y artistas para la configuración del decreto que velara por el cumplimiento de lo pactado en el Acuerdo 482. Fue así que se consolidó la Mesa Distrital de Graffiti, espacio exclusivo para la discusión de políticas públicas relacionadas con ese tipo de arte.

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Entonces, tras una serie de discusiones y acuerdos, y luego de más tiempo del esperado, surgió el Decreto 75 de 2013, relacionado, como su nombre lo indica, con la práctica artística y responsable del grafiti en la ciudad.
Este Decreto estuvo cobijado por el artículo 71 de la Constitución vigente en el país:

“La búsqueda del conocimiento y la expresión artística son libres. Los planes de desarrollo económico y social incluirán el fomento a las ciencias y, en general, a la cultura. El Estado creará incentivos para personas e instituciones que desarrollen y fomenten la ciencia y la tecnología y las demás manifestaciones culturales y ofrecerá estímulos especiales a personas e instituciones que ejerzan estas actividades”.

Ahora bien, la discusión sobre la legalidad del graffiti y su noción como expresión artística surgió de un episodio oscuro de la historia reciente bogotana: el 16 de agosto de 2011, cuatro meses antes del primer acuerdo del Concejo que se convertiría en decreto, el grafitero Diego Felipe Becerra fue asesinado por un patrullero de la policía.

Becerra, de 16 años, murió tras un disparo recibido mientras hacía un graffiti en la calle 116 con Avenida Boyacá.

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William Alarcón Vargas, patrullero que le disparó, recibió una primera condena de 37 años de cárcel. Actualmente está en La Picota. Entretanto, y por medio de un acto conmemorativo presidido por miembros del Gobierno Nacional, el 31 de agosto de 2023 el Estado reconoció su responsabilidad en la muerte de Diego Felipe.